...de hospitales.

...El doctor se apellida Cruz, no lo eh visto a los ojos pero es de voz amable. Hay 3 mujeres mayores ya, cada una en su camilla, cada una con sus dos ojos cerrados, el poco aliento que tienen lo usan de vez en cuando para quejarse. La senora de un lado esta muy bien acompanada por, su esposo quien la ama, una vecina quien le trajo al nino divino en imagen para que le cuide, apara que no le deje sola, para que le ore. Estamos entre jeringas, tristeza, y muchos rasgos de humanidad como abrazos, lagrimas, compania. “Ire si mueve el pie“ le dice un familiar a otro, “hay dios santo, ya me tengo que ir, haber si encuentro manaba otra persona que me traiga, venimos de lejos a verla, a ver si alguien viene pa ca manana“, no se fije le contestan “el muerto ya anda rondando, despidase, aunque duela, eso es mejor“. Escucho las voces, los qejidos, a las enfermeras organizando turno. Todos vamos para ser viejos, todos vamos pa no poder bailar, no poder tomar, casi no poder comer, y no poder coger, todos vamos pa alla. Pienso que no importa al final si ya no te das cuenta que te estas llendo, y no importa cuanta gente se venga a despedir, o a cuanta gente ya despediste, nada importa si durante tu vida, cuando pudiste bailar, no bailaste, cuando pudiste comer no comiste, y cuando pudiste coger no cogiste. Nada de estoor las malas, todo siempre por las buenas, pa disfrutar, pa compartir, si no, sabe malo todo al final. Se encuentra dormida y vieja, con todos sus anios, y tanta vida contada mil veces, escuchada mil veces, le admiro porque nunca nada fue suficiente, ni siquiera su propia belleza, ella siempre ah estado a mano con la vida, porque avento el libreto y camino sola con pisada firme se abrio paso, hace y deshace aun, aun en una camilla de un hospital, hace y deshace mi abuela, y yo al lado de ella, queriendo que me vuelva a contar mil veces su historia, por ahora duerme, por ahora duerme.