Ok es una Golden Retriever, solo voy a contar un poco de como Maya llego a mi vida, iba con Zucco y Bailey en el coche paseando. Bailey como siempre muy bien portada acostadita en el asiento del copiloto, yo pegando de NOs!! NO!!! No!! Zucco atras sentado!!, Zucco algo intranquilo ya que era su segunda vez en el coche...En fin en eso estabamos cuando de la nada sale un perro sucio de la esquina y se cruza descuidadamente enfrente de mi coche, me frene en seco, y me quede observando al perro pensando vaya creo que es un cachorro, en eso le pite porque no se quitaba y yo queria seguir mi camino, volteo y vi con mas detalle que era una perrita Golden de unos 2 meses y medio, a lo lejos vi un par de chavos que con mi frenon se percataron de la cachorra y ya venian encaminados hacia ella, me dije mmm no creo que sean los dueños, voltee en todos los angulos y de verdad parecia estar muy perdida, sin collar, y nadie vigilando, me baje del coche, corri hacia ella (en este momento ya estaba mas lejos) la cargue y la subi al coche inmediatamente. Zucco y Bailey se volvieron locos. Al dia siguiente la lleve al veterinario para checarla, solo conte la historia de que la habia encontrado y todo mundo se queria quedar con ella, aun me pasa, pero ella ya es parte de la familia. La cuido, la alimento, la baño, me preocupo, jugamos, la educo, y le doy mucho amor. Ya es mi perrita Maya.
Me entretengo naufragando en tantos momentos y minutos de soledad. Les escribo a ustedes, me escribo a mi.
martes, 25 de diciembre de 2007
Search
2 comentarios:
Paloma:
Tú eres más mis ojos porque ves
lo que en mis ojos llevo de tu vida.
Y así camino ciego de mí mismo
iluminado por mis ojos que arden
con el fuego de ti.
Tú eres más que mi oído porque escuchas
lo que en mi oído llevo de tu voz.
Y así camino sordo de mí mismo
lleno de las ternuras de tu acento.
¡La sola voz de ti!
Tú eres más que mi olfato porque hueles
lo que mi olfato lleva de tu olor.
Y así voy ignorando el propio aroma,
emanando tus ámbitos perfumes,
pronto huerto de ti.
Tú eres más que mi lengua porque gustas
lo que en mi lengua llevo de ti sólo,
y así voy insensible a mis sabores
saboreando el deleite de los tuyos,
sólo sabor de ti.
Tú eres más que mi tacto porque en mí
tu caricia acaricias y desbordas.
Y así toco en mi cuerpo la delicia
de tus manos quemadas por las mías.
Yo solamente soy el vivo espejo
de tus sentidos. La fidelidad
en la garganta del volcán.
Ramón
Dios.
Publicar un comentario